LAS CLAVES DE LA AUTOESTIMA EN LOS NIÑOS



La autoestima es la valoración que cada persona hace de sí mismo  basándose en la información obtenida en diversas experiencias y sensaciones que se van produciendo a lo largo del tiempo.  Esta valoración personal es muy importante, ya que de ella van a depender el desarrollo global de la persona y la consecución de sus metas y objetivos personales. 
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¿Cuales son las claves de la autoestima en niños?


▷ Amor incondicional
La parte mas importante para el desarrollo de una buena autoestima es que nuestros hijos sientan que son queridos de manera incondicional, independientemente de sus actos.
Cada niño es diferente y único y sólo por existir debería ser amado incondicionalmente. El niño que tiene esa confianza y tranquilidad ya tiene un paso grande avanzado en su autoestima. 
▷ Confiar en las capacidades de nuestros hijos.
Es difícil acompañar a nuestro hijos en su desarrollo porque a la par también tenemos que educarles, evitarles daños, peligros, enfermedades…
Los niños tienen escrito en sus genes escoger la mejor opción para su desarrollo dentro de las opciones posibles mientras los papás modulamos este aprendizaje cuidando que no se dañe o haga algo que le perjudique a el o a otros. 
Alberto le dice a su hija Ana de 2 años: no corras que te vas a caer! Alberto con la mejor intención está limitando el aprendizaje de su hija  porque le inculca un miedo que no tiene porqué necesitar. Los niños de 2 años tienen que correr y si se les anima a ello…no suelen caerse.. 
Elena recoge a su hijo del suelo cuando se está arrastrando como un gusano por el suelo de la casa. Elena no sabe que arrastrarse como un gusano, o voltear sobre si mismo haciendo la croqueta son buenos para su desarrollo neurológico. 
Pedro está en la consulta del médico con su hijo Juan de un año que está jugando a arrojar un coche de plástico contra el suelo. Pedro se enoja y explica a su hijo que el coche es para arrastrar por el suelo, no para tirarlo y le enseña a arrastrar el coche, enfadándose si lo tira. Pedro no sabe que arrojar el coche al suelo, ver  y escuchar el impacto es bueno para el aprendizaje de su hijo. 
Es difícil encontrar ese equilibrio. Cada familia tenemos un rango de “peligrosidad” y de exploración. Algunos papás hemos sido educados en la idea de que un niño “bueno” es aquel que está calladito y quietecito y nos puede costar mas entender y acompañar el desarrollo.
 ▷ El elogio o refuerzo….no es la mejor opción siempre
Cuando aplaudo los logros de los niños….el niño se siente valorado por lo que hace, no por lo que es. Volviendo al punto uno, los niños han de sentirse valorados por existir nada mas, no por lo que hagan ya que esto puede hacer que los niños no sientan que valen cuando no están teniendo éxitos. Esta idea va en contra de lo que habitualmente nos han inculcado a los papás, en una sociedad donde se valoran mucho los éxitos y a los niños que los obtienen.
¿Entonces no puedo alabar a mis hijos? ¿No puedo disfrutar y aplaudirles sus logros? De nuevo estamos ante un equilibrio difícil. Claro que podemos disfrutar y alegrarnos de sus logros, pero estos no pueden ser dependientes de nuestros juicios. 
Ana de 5 años hace un dibujo. Mamá puede decir: que bonito!! Que bien lo has hecho! O también puede decir algo descriptivo con una sonrisa, “Veo que estás dibujando un árbol y un cielo azul.., Así Ana no depende de nuestro juicio valorativo. Nuestra sonrisa y acompañamiento sin juzgar hacen que ella disfrute del hecho de dibujar y no va a sentir que dibuje bien o mal, porque además aún está aprendiendo, se sentirá estimulada y apoyada. La mejor manera de aprender es sin presión, disfrutando. 
Pedro es adulto y aún está esperando recibir la aprobación de los demás cada vez que hace algo y le cuesta hacer cosas por si mismo,  reconoce que cuando era pequeño recibía aplausos muy a menudo por sus actos 
▷ Observar, acompañar de forma discreta para no ser intrusivos en su experimentación.
Puedo apreciar el esfuerzo de mi hijo por hacer algo, aunque no consiga cumplir su objetivo. Puedo echarle un pequeño cable si el niño está atascado para resolver su problema o animarle. Si confío en él, llegará mas lejos. Si sus figuras de apego les infravaloramos, los niños disminuyen su confianza en si mismos. Podemos acompañarles de manera estimulante, amable y respetuosa con sus ritmos. No hay que meter prisa cuando el niño está aprendiendo o explorando. 
▷ No criticar
No hacer comentarios despectivos y menos aún no creer que a nuestros hijos les faltan capacidades, ya que en la infancia la plasticidad neural es grande y las capacidades se están construyendo. 
▷ No etiquetar.
Las etiquetas que ponemos a los niños provienen de nuestra interpretación de sus actos que no siempre es exacta. Las etiquetas limitan a los niños y les clasifican cuando aún están en continuo cambio y crecimiento. Las etiquetas y las valoraciones a veces vienen de nuestras propias expectativas sobre ellos.
▷ Permitir que nuestros hijos puedan expresar emociones negativas.
A veces a los papás nos molesta o preocupa que los niños se enfaden, lloren… y tratamos de acabar con esas manifestaciones, a veces lo hacemos de manera consciente otras de manera inconsciente. Acallar la expresión de un sentimiento no es eliminar el sentimiento.
Podemos validar las emociones negativas de nuestros hijos, “entiendo que estés muy enfadado con tu profesor”, pero no validamos los actos destructivos, “pero no está bien romper el lápiz”.
A veces los padres tenemos miedo a que si permitimos que los niños sean ellos mismos nos planten cara… y puede resultarnos mas cómodo entrenarlos a que respondan a nuestros criterios, pero ellos tendrán que construir los suyos propios. Esto les da seguridad y confianza en si mismos. 
▷ Enseñar seguridad sin miedo.
Podemos enseñar a nuestros hijos a fiarse de sus propias percepciones y a que se sientan libres de expresar algo con lo que los adultos no estamos de acuerdo, sin miedo a represalias. Esto va a sentar la base para que un día puedan enfrentar a personas que puedan dañarle y prevenir por ejemplo, el abuso sexual. 
▷ Admitir nuestros errores.
Los papás a veces nos equivocamos también y podemos tener miedo a que nuestros hijos nos sientan vulnerables.  Equivocarse, decir lo siento, rectificar,  enseñan a nuestros hijos que se aprende de los errores y esto les dará fuerza y optimismo en el futuro cuando vayan por un camino equivocado que les dará seguridad para rectificar.
Durante el primer año de vida aproximadamente comienza a construirse la autoestima que va a depender de que los papás o cuidadores primarios respondan rápida y eficazmente a las demandas de los bebés a la par que interactúen con ellos con amor y acompañando en su desarrollo, estableciendo el apego seguro que proporciona al bebé la seguridad y confianza bases de su autoestima.

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