El abandono del Pañal


Cuando decidimos sacar el pañal a nuestro hijo debemos tener, ante todo, mucha paciencia. Como toda adquisición de un hábito el proceso es lento y es posible que a lo largo del camino haya algún retroceso. Para conseguir afianzar el hábito del control de esfínteres es necesario que el niño no tenga ansiedad, entrenar los músculos de los esfínteres, aumentar la sensibilidad de la piel ante las sensaciones de húmedo-seco y reforzar las motivaciones de tu hijo ante el nuevo reto de vivir sin el pañal.

¡¡¡¡NO APRENDEN SOLOS!!!!
  • Mantiene seco por más tiempo su pañal.
  • Si le molesta tener el pañal mojado y se queja.
  • Si ante las ganas imperiosas de hacer pipí puede retenerlo un poco más de tiempo hasta llegar al sitio adecuado para hacerlo.
  • Si entiende que el hecho de hacer pipí en el orinal le reportará una sensación de bienestar doble: el hecho de orinar cuando él quiera (es decir, controlar él sus esfínteres le dará sensación de seguridad) y el de no mojarse los pantalones.
  • Si puede reconocer cuando tiene necesidad de ir al orinal, ya sea para hacer pipí o caca.
  • Evidentemente, si pide él solo hacer pipí o caca cuando tiene la necesidad ya sea porque realmente quiere hacerlo en el orinal o quiere “ser mayor” e intentar hacerlo como lo hacen los mayores.
¿Cómo se crea ese hábito?


Cómo quitar el pañal paso a paso:
  • Lo primero que debemos hacer es estar seguros de que es el momento apropiado para quitar el pañal. Para eso tendremos en cuenta los elementos de aviso que anteriormente te hemos presentado (si tu hijo ya identifica y avisa cuando tiene pipí…).
  • Debemos estar seguros de querer empezar el proceso porque confiamos en nuestro hijo y nosotros nos sentimos preparados (para no claudicar ante las primeras dificultades). Es muy tentador acabar rápidamente volviendo a poner el pañal.
  • Hablar con él y explicarle qué es lo que pretendemos. Presentarle la “nueva aventura” como un paso más para hacerse mayor, para hacer las mismas cosas que hacen los adultos. Explicar las ventajas de controlar sus esfínteres como por ejemplo, que ya no estará mojado, ni olerá mal, que no tendrá que correr para llegar al orinal pues él hará cuando quiera y donde quiera…
  • Explicarle que a partir de ahora solo utilizará el pañal de noche. Enseñarle que debe avisar cada vez que tenga necesidad o ir él solo directamente al orinal.
  • Vigilar y conocer los signos que nos muestran que tiene pipí y se está aguantando (cruza las piernas, da pequeños saltos…). Invitarle en estos casos a ir al orinal y recordarle cada 1,30-2 horas que debe ir a hacer pipí. Tenerle todo el día sin pañal, con ropa cómoda, pantalones con gomas. Sólo ponérselo para dormir y la siesta. Ha de aprender que el pañal no forma parte de su cuerpo y que cuando se le escapa el pipí, se moja..
Felicitarlo cuando lo haga en el orinal o váter. Podemos comprarle uno que suene música cada vez (existen gran variedad de ellos en el mercado). Pero no le obligues. Preséntalo como un juego y motívalo con diferentes estrategias adaptadas a su edad. Cada vez que consiga controlar sus esfínteres te proponemos:
  • Dibujar una escalera en una cartulina y colocar una pegatina llamativa. Acompaña cada vez que ascienda un peldaño con todo tipo de felicitaciones, aplausos y muestras de cariño. Colocar un adhesivo llamativo en su frente o mano.
  • Cogerlo entre tus manos y hacerle una voltereta en el aire.
  • Dibujarle una cara sonriendo (puedes decirle es la cara de mama, papá…) en un dedo de la mano.
  • El orinal mágico no falla nunca: coloca oculto debajo o junto al orinal una sorpresa; por ejemplo, un globo, un coche, frutos secos, un botón dorado (parte de un tesoro)…
  • No le castigues ni le riñas si no ha conseguido controlar sus esfínteres en ese momento. Limítate a no demostrar tu frustración, ayúdale (decimos ”ayúdale” no “límpiale”) a lavarse y anímale a conseguirlo la próxima vez.
  • La manera más sencilla de que aprenda a utilizar el orinal es veros a vosotros haciendo “lo correcto”. Invitadlos a utilizar el váter a continuación de hacerlo vosotros. El padre puede ser modelo para su hijo y la madre para su hija (la distinción de sexos obedece estrictamente a una cuestión de anatomía).

Uno de los hitos importantes de un niño para alcanzar su independencia al cumplir dos o tres años es el de olvidarse del pañal. El control voluntario de los esfínteres es un hecho fisiológico pero debe aprenderse como un hábito, al igual que se aprende a andar, comer, dormir… Cuando llega el momento en el que el organismo está preparado, les hemos de enseñar cómo hacerlo.
Es cierto que a algunos niños les resulta más fácil que a otros, simplemente porque su nivel de maduración ya está preparado para comenzar a usar el orinal. Por eso nosotros creemos que el momento idóneo para empezar a retirar los pañales depende más de las muestras madurativas que de nuestro hijo que no del calendario. Tu hijo te lo estará pidiendo sin palabras si:
En cualquier caso, hay que crearles un hábito que les sirva de base a su aprendizaje.
Cómo todos los hábitos, el éxito reside en la repetición y la constancia. A continuación te proponemos una rutina que te facilitará la asimilación de este hábito.
Lógicamente, si de día han aprendido sin problemas, el proceso nocturno debería llevarse a cabo de igual forma. Es importante que la retirada de ambos pañales sea consecutiva, con un tiempo máximo que oscile alrededor de los tres meses. No es en absoluto recomendable que se tarde un año o dos en quitar el pañal de noche. Pensemos que el mecanismo fisiológico de contención del pipí es exactamente el mismo de día que de noche. En un plazo de 15 días a un mes aproximadamente, si no hay ningún problema, el niño asimilará correctamente el control nocturno y disminuirán los escapes.
Hay que tener paciencia. Es un proceso y depende del grado madurativo del niño. Hay niños que lo dominan rápidamente y otros que necesitan más tiempo.
Cuidado con las expectativas que los padres transmitimos a los niños. Piensa que no es una cuestión de voluntad sino de capacidad. Si tu hijo es lento…ten paciencia y no le presiones. Seguro que a él le gustaría dominarlo ya y no defraudaros pero no depende de que quiera o no, sino de que esté o no preparado. Criticarlo o ridiculizarlo solo empeorarán las cosas. En su lugar, trasmítele tu confianza en él y, aunque parezca casi una proeza, ayúdale a enfrentarse al problema con sentido del humor. PE: Si se ha esforzado por hacerlo correctamente y no ha conseguido llegar al orinal, coméntale con una sonrisa lo maravilloso que sería inventar un orinal portátil que cupiera en un bolsillo para casos “de urgencia”…
Lo que nunca puede hacerse, sin consultar previamente a un especialista, es volver a poner el pañal si vemos que las cosas no van como desearíamos.
Ten presente que es algo normal y natural que los niños aprendan a aguantarse el pipí y hacerlo donde corresponde. Todos lo consiguen, más o menos fácilmente. No se ha de tener miedo de esta situación. Ni ellos ni vosotros.

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