¿ Es bueno para los niños saber contar y leer números ?
A menudo, los niños pequeños señalan los números, nos preguntan por ellos, señalan con el dedo mientras cuentan “1, 2, 3, 7, 9, 5…” haciendo como que cuentan…y esto puede hacer que como padres creamos que “están preparados” o que “nos están pidiendo” que les enseñemos los números. Pero la verdad es que comprender la noción de cantidad es un proceso largo y que debe de construir el niño, que no se enseña directamente.
¿Saber contar es comprender los números?
Los números nos rodean: en el ascensor, las puertas de las casas, las matrículas de los coches, en el reloj, en el calendario de la pared, en los carteles del supermercado… Además observan continuamente a los adultos contar las cosas y los niños, nos imitan.
Como dice Canals “Las cantidades 1 y 2 muy pronto les son familiares a los más pequeños, ya que las tienen en su propio cuerpo: una boca, dos ojos, una barriga, dos pies…, y, sobre todo, dos manos, las cuales ya los recién nacidos utilizan para coger cosas, y que desde una edad muy temprana les servirán para distinguir una cosa de dos”.
Pero esta vivencia está todavía lejos de comprender la noción de cantidad.
Reconocer los números, escribirlos o recitar una retahíla no es comprender los números y para qué sirven, es una memorización, que se puede aprender desde muy temprano pero realmente no debería de ser el punto de partida. Se deben de enseñar, pero no debe de ser lo principal, ni lo primero, antes el niño debe de construir otras cosas.
¿Qué es la noción de cantidad?
Adquirir la noción de número es entender que el número tiene una función cardinal y una ordinal. Eso significa comprender que cada número expresa una cantidad (un número de elementos) pero que al mismo tiempo ese número se encuentra en su posterior y en el posterior y en el posterior… ( El 2 se encuentra en el 3, pero también en el 4 y en el 5…)
¿Cómo se adquiere, qué hay que saber previamente?
La constitución de los números enteros, se apoya en 2 cosas, la lógica de clases (clasificación) y la lógica de relaciones (seriación).
-Clasificación: Ser capaz de hacer clasificaciones con clases y subclases (por ejemplo: ser capaz de distinguir los cuadrados de los triángulos y además, hacer dentro de ellos un apartado de triángulos pequeños, y grandes) Lo que conlleva poder atender a dos puntos de vista a la vez.
-Seriación: se adquiere simultáneo a la clasificación y significa ser capaz de ordenar por tamaño de mayor a menor sin tanteos o por ensayo o error, sino hacerlo al visualizarlo y ser capaz de añadir nuevos una vez hecha la serie.
La idea de número surge al mismo tiempo que su función:
- Cardinal (la cual se apoyará en la clasificación) que sería expresar las cantidades y
- Ordinal (la cual se apoyará en la seriación) que sería comprender la posición en la serie.
Como veis, el número no es aprender a contar, sino algo que construye el niño con actividades lógicas de clasificación y seriación.
¿Y esto que acabamos de ver, a qué edad se adquiere y qué pruebas hay para saberlo?
Según Piaget, para comprender la noción de número el niño debe de haber adquirido la conservación, es decir, comprender que algo permanece constante pese a sus transformaciones (que si ofrecemos 2 bolas de plastilina y una de ellas la transformamos en un churro, sigue habiendo la misma cantidad)
La conservación aparece en el estadio de las operaciones concretas, sobre los 7 años aproximadamente.
En este estadio también aparece la reversibilidad, es decir, la capacidad de anticipar mentalmente la variación al ejecutar una acción y su inversa, para reconstruir el estado inicial. La descentración, en la que el niño supera el egocentrismo, pudiendo considerar simultáneamente varios puntos de vista de la situación.
Podemos poner una fila de bolitas al niño y que las cuente, volver a colocar debajo la misma fila y preguntarle ¿hay las mismas? En este caso, el niño te contestará que sí. Después le separas las bolitas de una de las filas y preguntas ¿donde hay más? Si te dice que en la larga, es porque aún no ha adquirido la noción de conservación y se guía por lo perceptivo y no por las operaciones mentales.
Con la conservación, se asocia adecuadamente número y cantidad, independiente de la configuración espacial.
Los estudios de replicación sobre las investigaciones de Piaget han demostrado que estas capacidades intelectuales se adquieren antes de lo que decía el investigador. Hay estudios que demuestran que a los 5 años se observa la reversibilidad de la conservación.
Pero aún con todo sigue estando bastante alejado de la edad a la que acostumbramos a “enseñar” números, recitándolos de carrerilla, asociando una grafía a un nombre… Sin tener en cuenta que la memorización de números es indispensable para saber contar, pero no suficiente y que no es el primer paso.
En los primeros años (sobre todo hasta los 5 años) debería ser imprescindible trabajar desde la actividad motriz global ya que los niños tienen una necesidad acusada de movimiento. El paso de ponerlo en papel no es un buen sistema en los primeros años porque los niños se encuentran divididos entre la tarea gráfica que todavía no está automatizada y a la que tienen que prestar demasiada atención y la tarea específica que están realizando, en su lugar, los materiales manipulativos, permiten al niño centrarse en lo específico, liberándolo de la atención que tienen que prestar al gesto gráfico. También es importante respetar la necesidad de repetición de los niños pequeños.
Como dice Kamii “Los profesores enseñan demasiado a menudo a leer y a escribir numerales, creyendo que con esto están enseñando los conceptos numéricos. Es bueno para los niños aprender a contar y a leer y escribir numerales, pero un objetivo más importante es que el niño construya la estructura mental de número. Si el niño ha construido esta estructura, será capaz de asimilar signos dentro de ella con la máxima facilidad. Si no la ha construido, toda la actividad de contar, leer y escribir numerales será simplemente memorística.”
Es pues importante, no enseñar cosas para las que los niños no están preparados. Si el número es algo que no se puede enseñar y que debe de construir el niño, deberemos de favorecer situaciones en las que el niño piense activamente y de forma autónoma. El niño no aprende viendo dibujos de números, ni sólo manipulando objetos, sino actuando mentalmente sobre los objetos.