Enseñele a pensar en lugar de memorizar
Pensar y memorizar: Tradicionalmente la escuela enseñaba sólo mediante la metodología de la memorización. Desde que concebimos a la escuela como institución de aprendizaje y formación (y hasta la década del 50 o 60) este fue el único método de estudio.
De hecho la corriente que avalaba este tipo de aprendizaje se basaba en la consigna que “a mayor cantidad de estímulos o veces que se repitiera una idea, mayor será la respuesta o asimilación por parte del niño”. Sin embargo (y afortunadamente) las cosas han sufrido cambios bastante notables.
Estos cambios de punto de vista y la consideración que el niño no sólo de aprender mediante la memorización, tuvieron sus comienzos con el avance de las ciencias y los cambios sociales que comenzaron a cuestionar este método de aprendizaje.
Así el niño pasó a tener un papel activo y no sólo como un recipiente vació que debería ser llenado de conocimiento.
Por esta razón se comenzó a distanciar el concepto de memorizar de la noción de pensar que antes se consideraba como similar.
Diferencias entre pensar y memorizar
Mientras que en el acto de pensar la persona realiza un proceso de búsqueda de información, asimilación y elaboración de una idea donde utiliza el razonamiento para elaborar una conclusión o llega a un resultado determinado, la memorización es una copia lisa y llana de una información determinada. No requiere un acto de razonamiento por parte del sujeto.
Incluso hoy en día cuesta mucho realizar una diferenciación sobre estos dos conceptos de manera clara en las aulas.
Es por esta razón que, aunque se tenga un conocimiento mucho más amplio que hace décadas atrás en cuanto a las diferencias de ambos términos, resulta muy difícil llevarlo de manera práctica en el aula.
Es importante señalar que esta técnica puede resultar de mucha utilidad para la resolución de determinadas problemáticas de los aprendizajes.
Por ejemplo, en el caso de niños con síndrome de Down esta es una técnica aún hoy en día es muy utilizada.
Sin embargo en otras ocasiones se sigue utilizando este método de aprendizaje a través de la memorización, cuando existen otros mucho más efectivos donde se puede utilizar el razonamiento.
Técnicas para enseñar a pensar en vez de memorizar
- Las preguntas y repreguntas por parte de los niños ayudan. Dejar que los niños pregunten y repregunten es una de las formas para que ellos comprendan desde otros ángulos un mismo concepto.
- Los ejemplos prácticos y cercanos a la vida o cotidianeidad del niño ayudan a que éste construya un nuevo aprendizaje basándose en un concepto previamente conocido.
- Realizar ejercicios donde les falte una parte de la información ayuda a que las asociaciones mentales de los niños se amplíen.
- Confeccionar preguntas para confirmar si los conceptos son comprendidos correctamente.
- Realizar ejercicios prácticos. Por ejemplo llevar a cabo una multiplicación relacionando el problema matemático con la actualidad del niño.
- No silenciar a los niños. Una de las cosas que mayormente anula la capacidad de aprendizaje es silenciar a los niños en cuanto a sus opiniones o comentarios.
- Dejar que los niños elaboren sus ideas libremente y que puedan llegar a conceptualizaciones nuevas partiendo de un simple disparador. Por ejemplo: Pedirle al niño que realice un dibujo libre y luego que narre una historia o cuento en base al dibujo. Esto mostrará no sólo su capacidad creativa sino también dejará al descubierto posibles miedos, problemas o alegrías.
