LOS VALORES QUE DEBEMOS INCULCAR A NUESTROS HIJOS
Seguramente coincidirás con nosotros en que todo padre desea que sus hijos sean felices. Y aunque este puede ser un concepto bastante escuchado lo cierto es que no existen fórmulas mágicas para lograr lo antes dicho. Sin embargo existen pautas o el aprendizaje de ciertos valores que podrían marcar el sendero de la felicidad de los niños.
Veamos 10 valores que debemos inculcar en nuestros hijos
- Felicidad. Encarar la vida tomando siempre como iniciativa una actitud positiva ayuda a enfrentar los problemas. Con esto no queremos decir que ser feliz consiste en tenerlo todo. De hecho la felicidad se compone de pequeños momentos. Enseñarle al niño a valorar estos momentos teniendo siempre una actitud positiva ayudará a que él enfrente las dificultades desde varios ángulos. Anímalo a que el niño ría (no de los problemas, pero sí que se tome el tiempo necesario para resolverlos y ayúdale con esto).
- Fomenta el buen humor. Nunca pierdas de vista que el niño tomará como ejemplo a seguir todo lo que sus padres hagan. Por tanto es recomendable que tú también comiences a tomarte la vida con cierto humor.
Aceptarse a sí mismo es un gran paso para luego darle una solución al problema (siempre y cuando éste se encuentre a nuestro alcance). Nunca hay que olvidar que el humor es un signo de inteligencia
Que el buen humor forme parte de las costumbres del hogar, genera hábitos de comportamiento que influirán en la conducta del momento presente y quedarán arraigadas en el futuro.
- Amabilidad. La amabilidad, el buen trato, pedir las cosas con respeto y educación son valores que “abren puertas” no sólo a chicos sino también a grandes.
Una actitud positiva frente a la adversidad será beneficiosa para sacar el provecho de toda situación difícil que el niño tenga que atravesar.
- Generosidad. Con esto nos referimos a la solidaridad. La ayuda desinteresada fomenta valores incalculables en los niños.
- Carácter. Hoy por hoy se conoce que el carácter no es algo que no se pueda modificar. Es importante que enseñemos a los niños a modificar el carácter estableciendo valores como el auto-respeto y el respeto por los demás. También hay que hacer hincapié en la diversidad de caracteres y en la aceptación de otros puntos de vista diferentes a los del niño.
- Dolor. Es necesario hablar de este punto. Todo padre desea que su hijo no sufra jamás, pero bien sabemos que esto solo resulta ser una utopía. Por tal motivo es fundamental enseñarle a nuestros hijos a enfrentar el dolor y poder superar el mismo. También es importante marcarle cuándo ese dolor es producto o consecuencia de sus propios actos y cuando no lo es.
- Responsabilidad. El valor de la responsabilidad es imprescindible para que se forme una personalidad de adulto íntegro. Para ello debemos ser el ejemplo y ayudarlos no sólo desde la palabra sino también desde el sentimiento. Lo mejor es inculcarle este valor desde el sentimiento. De este modo quedará arraigado en nuestros hijos y se formará un hábito de comportamiento.
- Buen gusto. Claro que el gusto es algo subjetivo pero con este punto nos referimos a la necesidad de establecer conductas de buen gusto que sean aceptadas socialmente. Por ejemplo, si como adultos utilizamos un lenguaje inapropiado en el hogar y frente a los niños o si el maltrato verbal es frecuente, es muy probable que el niño incorpore este comportamiento y que el mismo sea repudiado en los ámbitos escolares o donde se desenvuelva el niño.
- Empatía. Saber reconocer los sentimientos de otros niños y adultos, ponerse en el lugar del otro intentando sentir lo que ellos mismos sienten es algo que muchas personas presentan casi de forma natural mientras que en otros casos es necesario enseñarlo. También es importante aprender a “tomar distancia de la situación” para no “cargar” con el problema ajeno.
- Buenos sentimientos. Todo lo antes dicho, si se realiza con el fin de inculcar valores en los niños, no genera otra cosa que buenos sentimientos. Compartir, dar, escuchar, priorizar lo que se nos pide, sumado a todo lo antes dicho genera pensamientos positivos y niños potencialmente