RECOMENDACIONES PARA AYUDAR A LOS HIJOS A SUPERAR SUS DIFICULTADES EN EL ESTUDIO DE LAS MATEMATICAS

    Es la asignatura odiosa por excelencia. Las matemáticas ocupan el número uno en el ranking de suspensos desde ni se sabe cuándo. Pero las malas notas en matemáticas y en otras asignaturas de ciencias no son un indicativo de que nuestro hijo es de Letras. Por el contrario, es síntoma de que algo no anda bien y que posiblemente necesite ayuda.
    No es ningún secreto que las asignaturas científicas, y especialmente las matemáticas, son las que producen más suspensos. Con esto no pretendo consolar a los padres preocupados, aunque es un dato que debemos tener en cuenta. ¿Hay que rendirse ante la fatalidad? Indudablemente, no. Hay algunas cosas que los padres podemos hacer para mejorar la competencia matemática de nuestros hijos.
  Sin duda, lo más conveniente es prevenir las posibles dificultades. Y para ello debemos tener en cuenta algunas alternativas complementarias, tan efectivas como recomendables.  El aprendizaje temprano de matemáticas por procedimientos de estimulación precoz es un entrenamiento muy eficaz para prevenir dificultades e incluso alcanzar una notable habilidad. Existen lugares especializados para poderlo ayudar y desarrollar muy bien estas habilidades.
 A diferencia de otras materias escolares, en las que se puede mejorar el rendimiento con esfuerzo personal y más horas de estudio, en estas asignaturas los estudiantes necesitan que otra persona les ayude para superar su dificultad. Necesitan que alguien les acompañe y les instruya durante algún tiempo hasta conseguir cierta autonomía en el aprendizaje. Así pues, tendremos que considerar algunas de las opciones de ayuda concretadas en dos o tres horas por semana. Según las circunstancias, podemos solicitar la ayuda de:
Clases de refuerzo en horas extraescolares. A veces, el mismo colegio donde acude el estudiante ofrece esta posibilidad. Será útil si se realiza en grupos reducidos, de no más de tres o cuatro alumnos.
 Un profesor particular, uno de los progenitores, si es que pueden trabajar juntos sin tensiones, enfados y reprimendas.

    Generalmente, cuando un estudiante tiene dificultades en estas asignaturas necesita los tres tipos de ayuda que enumeramos a continuación. Es un error centrarse sólo en una de ellas por cuestiones de tiempo. Hay que distribuir bien el tiempo y, si fuera preciso, aumentarlo.
 a) Ayudarle a resolver las tareas escolares habituales. Para ello, es recomendable usar dos tipos de procedimientos:
 El primero consiste en guiar su actividad ayudándole con preguntas sucesivas (¿Qué es lo primero que has de hacer?… ¿Y en segundo lugar?… ¿Y luego?). Estas preguntas son un apoyo efectivo, ya que le confirman los sucesivos pasos y le ayudan a reflexionar sobre el procedimiento a seguir. Resulta sorprendente cómo, sin ofrecerle ninguna respuesta, el estudiante es capaz de resolver tareas que antes no podía solucionar solo.
 El segundo procedimiento es lo que se llama la demostración cognitiva. Se trata de mostrarle el proceso que seguimos nosotros para resolver el ejercicio, señalando claramente los diferentes pasos. Después, le pediremos que lo haga con otro similar y le ayudaremos con el procedimiento anterior.
 b) Detectar los conocimientos básicos que no domina. Generalmente, los conocimientos que no domina tienen que ver con:
 Procedimientos de operaciones matemáticas (no sabe dividir por dos cifras, no sabe restar, desconoce cómo calcular el cuarto proporcional…).
 Conceptos matemáticos que no entiende (no sabe, en la práctica, qué significa dividir, qué es el área, qué es una ecuación…).
 Datos que no recuerda (no sabe las tablas de multiplicar, no sabe el Teorema de Pitágoras, no sabe la fórmula del área de un rectángulo…).
Procedimientos de resolución de problemas (no entiende los problemas, no sabe qué hacer…).
 c) Entrenar los conocimientos básicos que no domina.
 Para entrenar dificultades relacionadas con procedimientos de operaciones matemáticas es recomendable usar procedimientos como los indicados en el primer apartado (demostración cognitiva y guía con preguntas sucesivas).

    Para las dificultades relacionadas con conceptos matemáticos que no domina hay que tener presente que no es necesario tener una comprensión total del concepto desde el principio. Es prudente conformarse con una comprensión operativa. Por ejemplo, no es necesario que un niño de diez años sea capaz de explicarnos el sistema de numeración decimal, aunque es muy conveniente que sepa escribir o leer números decimales. Más adelante podremos profundizar en conceptos de mayor o menor para llegar al final a un dominio definitivo de la estructura del sistema.
 Para dificultades en relación con datos o fórmulas que no recuerda es recomendable que dedique algún tiempo a memorizar los datos necesarios y que le enseñemos a usar, en casos concretos, la “memoria lógica” que puede ayudarle a deducir datos que aparentemente no recuerda. De esta manera, si sabe que las tablas de multiplicar se pueden obtener sumando, esto le permitirá solucionar un olvido, o si sabe relacionar el área de un triángulo con el área de un rectángulo, podrá deducir la fórmula del primero a partir de la del segundo.
 En cuanto a las dificultades para resolver problemas recomiendo:
 – Leerlo varias veces hasta que pueda repetir el argumento sin consultarlo.
– Valorar qué necesita saber para contestar a la pregunta y empezar a averiguar los datos que aún no se conocen.
 – Repasar los procedimientos operatorios que domina para decidir cuál usar. Puede ser interesante que disponga de una lista con los procedimientos que conoce.
 – Una vez resuelto el problema, valorar si el resultado obtenido es posible o absurdo.\
    En definitiva, si estamos a tiempo, es decir, cuando nuestro hijo todavía no ha empezado a estudiar asignaturas de ciencias, es conveniente prevenir las posibles dificultades. En caso contrario, si ya muestra dificultades significativas, las orientaciones arriba expuestas podrán servir de guía a la persona encargada de ayudarle o, en el caso de que busquemos la ayuda de un profesor particular, y de un  centro psicopedagógico, ya que nos servirá para concretar nuestra demanda y, en su caso, controlar su eficacia.

Entradas populares de este blog

ENSÉÑALE A TU HIJO A ATARSE LOS CORDONES DE LOS ZAPATOS

¿ Por qué se toca mi niño sus genitales ?

MI HIJO SE TOCA ...