Tratamiento y prevención de la obesidad infantil



Obesidad infantil: Se considera que un niño tiene obesidad cuando posee gran cantidad de tejido adiposo en su organismo.
Según la OMS (organización mundial de la salud), la obesidad infantil resulta ser una problemática alarmante del siglo XXI.
Si bien este problema afecta a menores que viven mayoritariamente en países en vías de desarrollo, los países desarrollados también padecen un índice elevado y preocupante.

Estadísticamente el 80% de los niños con obesidad, serán adultos obesos. Esto los predispone a tener problemas relacionados con colesterol elevado, hipertensión arterial, problemas de calcificación (óseo), patologías de malformación de las articulaciones y huesos (debido al sobrepeso), arritmia, déficit atencional, cansancio físico y mental excesivo y hasta problemas graves de corazón.

Factores de riesgo del sobrepeso y la obesidad infantil

Aunque bien la obesidad puede ser el resultado de una enfermedad de origen genético (endócrino), en el 99% de los casos los factores resultan ser ambientales, genéticos (no endócrinos) y psicológicos.

Factores de riesgo ambientales

Con esto nos referimos específicamente al cambio en las conductas alimenticias ligadas a las comidas fast food (comidas rápidas) que tanto gustan a los más pequeños pero que tan perjudiciales son para su salud, colaborando notablemente con un aumento progresivo de su peso y con resultado en la mayoria de los casos de un niño obeso.
  • Es aconsejable no abusar de este tipo de comidas y realizarlas cada vez de forma más esporádica.
  • También es aconsejable evitar el consumo de bebidas azucaradas en exceso, el consumo de frituras o embutidos.

Factores de riesgo genéticos

A menudo si la obesidad en niños responde a cuestiones genéticas, un niño con padres obesos tiene altas probabilidades de ser también un niño con obesidad.
Sin embargo en estos casos hay que hacer foco especial en el estilo de vida de la familia, fomentando las caminatas diarias y cambiando los hábitos alimenticios de toda la familia, promoviendo el ejercicio y el deporte para contrarrestar los condicionantes genéticos.

Factores de riesgo psicológicos

Tanto los niños como los adultos suelen comer (a menudo) por razones que exceden el hambre. Así una persona puede verse obligada a comer tras una depresión, angustia, ansiedad, estrés, etc. Este tipo de comportamientos que se observan en los niños con frecuencia fueron aprendidos en el entorno familiar. Es importante detectar la/las persona/s que padecen de este problema para trabajar con ambos integrantes de la familia.

Tratamiento y prevención de la obesidad infantil

Es importante que todo tratamiento comience a temprana edad cuando, tras la intervención de un médico pediatra o de un nutricionista, se llegue a la conclusión que el niño presenta síntomas de obesidad.

Estas son algunas recomendaciones para una alimentación equilibrada que darán lugar a una alimentación saludable en los niños y niñas:
  • Cambio de hábitos alimenticios. Incorporar alimentos sanos como verduras, frutas de estación, legumbres, carnes blancas y rojas con ricos condimentos es la solución más adecuada.
  • Realización de ejercicio aeróbico. No sólo es importante fomentar al niño a que realice ejercicio, también es importante que a él le agrade la actividad escogida para perder peso. Caso contrario todos nuestros escuerzos se verán frustrados.
  • Concienciar al niño sobre los riesgos. A menudo los niños (y en buena medida tampoco los adultos) no son conscientes de los riesgos (en muchos casos mortales) que produce tener obesidad. Así, la concienciación, el uso de presentaciones, vídeos, diapositivas, acceso a internet de casos reales puede resultar impactante para el niño (pero sin recurrir al extremo) se puede lograr cierto grado de concienciación por parte del niño. En este aspecto es importante hacer hincapié en la edad del niño y filtrar, como adultos, aquello que pueda resultar contraproducente para que él observe.
  • El seguimiento con un profesional adecuado (médico pediatra o nutricionista infantil), facilita mucho la labor de padres y docentes. Sobre todo este punto es fundamental, prevenir, coger el problema a tienmpo normalmente conlleva una solución, no darle importancia, creer que un “niño gordito” es señal de salud lleva a un problema durante el desarrollo y la vida del niño

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