LAS NECESIDADES BÁSICAS EN LA EDUCACIÓN INFANTIL


En la etapa de la educación infantil deben atenderse de manera prioritaria las necesidades básicas en niños y niñas. Atender y cubrir estas necesidades es una condición indispensable para que ellos puedan ir desarrollándose.
Las necesidades básicas, tal y como su nombre lo indica, son requerimientos vitales que deben ser atendidos para que el posterior desarrollo de los niños, tanto a nivel físico, psíquico, social, emocional, y de conformación de sus personalidades sea adecuado.

La educación infantil

La etapa de la educación infantil es la etapa educativa que atiende a niños y niñas desde su nacimiento hasta los 6 años. Se ordena en dos ciclos, el primero que comprende hasta los 3 años, y el segundo que va de los 3 a los 6 años.
Se trata de un período fundamental en el crecimiento de los niños, son sus primeros aprendizajes, sus primeros contactos con el mundo y con los demás.
Ahora bien, en cada uno de estos ciclos educativos las necesidades básicas dependerán del tramo de edad en el que se encuentren los niños. Y entre los 0 y 3 años serán muy importantes y estarán relacionadas con sus necesidades básicas de alimentación higiene y descanso.
Alimentación: se trata de una necesidad primaria del ser humano que necesita ser satisfecha de forma adecuada,  como condición para que los pequeños puedan realizar cualquier otra actividad. Los maestros deben organizarse con el colegio y con los padres, y conocer la alimentación de sus pequeños, si toman el biberón o beben leche materna, los horarios, necesidades particulares de cada uno, etc.
Sueño: en esta etapa educativa el descanso es fundamental, y deberá ocurrir según las necesidades de los pequeños. Las horas de sueño varían mucho entre ellos, cada niño tiene su propio ritmo de sueño, y generalmente necesitan descansar luego de cada comida. Además deberán tener un sitio tranquilo, con luz tenue y poco ruido para que su descanso sea reparador.
Higiene: a medida que los maestros mantienen a los pequeños bien aseados, deben ir transmitiéndoles hábitos saludables de higiene, como por ejemplo cuando ya comienzan a hacer algunas actividades diarias de forma más independiente, como  a ir solos al baño deben aprender paulatinamente a limpiarse las manos, o a cepillarse los dientes luego de cada comida.

Actividades cotidianas para cubrir las necesidades básicas en niños

Las actividades cotidianas realizadas para cubrir necesidades básicas como el sueño, la alimentación y la higiene, son el eje metodológico alrededor del  cual se desarrolla la etapa de la educación infantil. Y son son las primeras actividades a partir de las que los peques comienzan su aprendizaje.
A medida que ellos repiten estas actividades en el día a día van interiorizando rutinas y adquiriendo así hábitos de autonomía.
A su vez, los pequeños comienzan a desarrollar  capacidades  relacionadas con la motricidad, tanto fina como gruesa, capacidades sensoriales y desarrollo del lenguaje, y van también aprendiendo poco a poco a relacionarse con su entorno, físico, social y emocional.
Entonces, es fundamental atender a estas necesidades básicas que irán cambiando a la par que los pequeños van evolucionando en sus correspondientes etapas madurativas.
Además, todas las actividades diarias que se desarrollen dentro de las aulas relacionadas con la satisfacción de las necesidades básicas, estarán acompañadas de una permanente interacción entre el pequeño y el educador. Creándose así un vínculo afectivo entre el educador y sus pequeños, que también es primordial para ir desarrollando en los niños sentimientos de seguridad y afecto.
La mediación de los maestros en la satisfacción correcta de las necesidades básicas implica entonces crear las condiciones adecuadas para que el niño crezca correctamente e interiorice rutinas diarias necesarias para su subsistencia, y  también supone el desarrollo de lazos afectivos elementales para su posterior motricidad, tanto fina como gruesa
Tanto a la hora de comer, como de cambiarles un pañal, vestirlos, o cantarles para que consigan conciliar el sueño, se trata de actividades diarias que tienen como objetivo mantenerlos cubiertos en sus necesidades básicas, pero a su vez,  proporcionarles un contexto afectivo y de contención, que resulta vital para su futuro desarrollo y crecimiento adecuado.

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