SLOW PARENTING, EL MÉTODO DE CRIANZA SIN PRISAS



Slow Parenting: Quienes son padres primerizos o padres de esta generación, les han preguntado en más de una ocasión si están criando a su hijo “a fuego lento”. Esta es una moda que poco a poco va ganando sus seguidores entre los “padres millennials” y que los padres más viejos tengan la cara de signo de interrogación al escuchar esta frase.
Si bien es cierto que el arte de criar a los hijos no es un patrón común dentro de los padres que asumen la responsabilidad de ser buenos “papas y mamas” lo cierto es que hay “puntos” que coinciden dentro de la crianza en las generaciones.
Estos puntos pueden ser: aprender la tabla de multiplicar practicando con lápiz y papel, decir los buenos días y las buenas tardes en las horas correctas, saludar con la mano firme al conocer a otras personas, caligrafía y ortografía con cuaderno y diccionario son algunos de los métodos de crianza para los que crecieron en el siglo 20.
Pero como hemos dicho, estos puntos pueden cambiar a medida que los hijos se convierten en padres y estos aplican no aplican el mismo método que les enseñaron a sus padres. Por miedo a no cometer los mismos errores o simplemente porque leyeron otros autores y psicólogos y quieren aplicar algunos métodos de crianza y el Slow Parenting es una de ellas.

¿Qué es el Slow Parenting?

El slow parenting es una filosofía y un método de crianza en la cual los hijos disfrutan la infancia sin mucha prisa, sin darles responsabilidades dentro del hogar y con mucha alegría dentro de sus años de infancia. Es una forma de criar a los hijos que está funcionando dentro del mundo anglosajón con resultados muy óptimos.
También se le conoce como la crianza a fuego lento. Básicamente los hijos forman parte esencial dentro de su desarrollo infantil al decidir que aprender y que no aprender. Ir por la vida a paso lento no es sinónimo de estar en modo pasivo y sin motivación, simplemente es la manera más pausada de vivir una mejor infancia.
Quienes han crecido dentro de los estándares de crianza del siglo XX podemos afirmar que las responsabilidades de adultos comienzan a los 6 años. Con cosas sencillas dentro de casa para después pasar a tareas dentro del negocio o la vida familiar. Aun cuando esto nos hace madurar rápido, también se pierde mucho de nuestra niñez en este método de crianza.
Es por ello que los defensores acérrimos del slow parenting aseguran que lo mejor es que le niño crezca a su ritmo, sin pausa, pero tampoco sin prisa. Por eso la filosofía del slow pareting está siendo cada vez más popular, en especial de los padres del nuevo milenio.
Cabe agregar que los defensores de la crianza a fuego lento también argumentan que no existe un método en específico ni un manual en concreto para criar a los hijos. La familia debe poner su ritmo en conjunto con su hijo, a fin de que este último tenga una felicidad plena, sin responsabilidades de ningún tipo y enfocado en su ser.

Oposición al slow parenting

Existe un sector dentro de los padres que aseguran que tu hijo ponga las pautas de su propia crianza no es lo más prudente que se debe hacer. Quienes aseguran esto afirman que, en la gran mayoría, tendrán hijos malcriados, infelices y con muy poca responsabilidad tanto para ellos mismos como para la sociedad.
El deber de los padres es ser fuente de guía para sus hijos. Esta guía debe ser respaldada por responsabilidades con tus hijos y que estos hagan tareas simples de la casa. Así pues, también defienden que, en caso de que empiecen la escuela, estos no tendrán ninguna responsabilidad por hacer la tarea por el simple hecho de “no querer hacerla”.
Otro firme argumento en contra del slow parenting es que, si bien el niño debe crecer en un ambiente de amor y de felicidad y que estos deben acompañarlo en una infancia feliz, también hay que enseñarles lo que es la responsabilidad dentro del hogar y la escuela. La sobreprotección genera un resultado muy negativo en los hijos y eso se demuestra mas adelante.
Las sobre alabanzas, así como la sobreprotección no ayudan a formar una mujer u hombre de bien dentro de la sociedad. Al contrario, genera un ambiente de enormes miedos contra el mundo y su hijo(a) crecerá creyendo que el mundo es un lugar hostil y horrible y que la seguridad dentro del hogar es la mejor defensa para estos casos.
Por último, pero no menos importante, está el hecho de criar a tus hijos con la ilusión de que siempre van a ganar. En la vida se gana y se pierde y aquellos padres que no enseñan a sus hijos a perder, estos pueden ser malos perdedores por el resto de su vida y se quedaran con el hecho de que la derrota es el fin y no un modo de aprendizaje que le ayudara a crecer como persona.

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