¿CÓMO ABORDAR LAS DIFICULTADES Y TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE?
Cada vez con más frecuencia tanto docentes como padres se enfrentan con las diferentes trastornos del aprendizaje o de conducta por parte de los niños.
¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿Acaso los niños se comportan de forma diferente a los de antes? ¿Acaso ahora no comprenden ni asimilan los contenidos escolares y los niños de antes sí lo hacían?
No se trata nada de eso. Por el contrario la neurociencia ha avanzado en cada uno de estos aspectos. Ahora es posible poder realizar un diagnóstico adecuado y tener al alcance de las manos un tipo de aprendizaje acorde para cada niño.
Estos problemas de aprendizaje pueden estar encuadrados dentro de lo que se conoce como trastornos específicos del aprendizaje. Pero dentro de este gran abanico de trastorno un niño puede presentar Apraxia o Dispraxia, Alexia, Agnosia, Agrafía, Discalculia, Disfasia, Disfunción cerebral mínima o lesión cerebral mínima, Dislexia, Disgrafía, Retraso mental y apractoagnósicos, los denominados “DNA” (disfunciones neurobiológicas del aprendizaje) o “TDAH” (trastorno del déficit de atención con o sin hiperactividad)
Tipos de tratamientos de los problemas o trastornos del aprendizaje
Aunque cada caso es preciso abordarlo de manera individual, en líneas generales, para este tipo de dificultades es necesario realizar un tratamiento en colaboración con la familia del niño, el niño y la escuela o cualquier otro ámbito en el que el niño se desenvuelva.
Este tratamiento apunta al fortalecimiento de los ambientes emocionales seguros. Estos ámbitos les son fundamentales puesto que fortalecen los elementos para generar la armonía emocional que todo niño precisa por parte de los adultos.
Es importante tener en cuenta que algunos de los TDAH son evolutivos, es decir, se compensarán con ayuda del tratamiento día tras día. Otras, por el contrario, lo harán más lentamente dejando secuelas que acompañarán al niño hasta la vida adulta.
No obstante el tratamiento adecuado y la información que todo padre y madre puede adquirir facilitan la tarea y colabora para que la brecha sea cada vez más corta, generando lazos afectivos y emocionales que ayuden al niño a que su dificultad sea cada vez más llevadera.
Es por esta razón que consideramos resulta indispensable el apoyo y la contención emocional del grupo familiar.
Actitud familiar
Frente a un niño con TDAH muchos padres sostienen una actitud de reprimenda en una primera instancia, puesto que desconocen las verdaderas dificultades de aprendizaje que poseen los niños.
Por el contrario los padres deben comprender que la crianza de este tipo de niños deberá ser diferente a la de otros niños.
Actitud escolar
La actitud de los docentes con un niño con TDAH también debe ser diferente. Es importante que como docentes comprendamos que un niño con TDAH presenta ciertas dificultades o déficit de atención producto de una disfunción cerebral que le impide mantener el hilo conductor o memorizar con la facilidad con la que lo hacen otros niños.
En este caso ocurre que los niños con TDAH precisan “olvidar” ciertos conocimientos para poder adquirir otros nuevos.
Por supuesto que todas estas experiencias repetitivas producen frustración y socavan la autoestima del niño. Por tanto resulta imprescindible que como adultos conozcamos la forma en la que podemos ayudarles a superar estos problemas.
Por todo lo antes expuesto sostenemos que una de las formas en la que se puede (en la primera etapa) ayudar a un niño con estas características es la información y el conocimiento de dicho trastorno.
Sólo de este modo podremos abordar el problema con responsabilidad ayudando al niño a superar esta dificultad.
