¿Cómo identificar problemas de lectura más comunes en niños?



Si  tenemos que hablar de los problemas de lectura más comunes en los niños, es posible que cada padre y madre tengan una interpretación diferente puesto que, es cierto que existen tantos problemas de aprendizaje de la lectura como niños hay en el mundo. No obstante, sí es posible hacer un estudio estadístico y saber cuáles son los problemas de lectura más comunes en los niños
En primer lugar es importante realizar una amplia y gran clasificación: existen problemas de lectura externos y problemas de lectura internos. Es decir, problemas de lectura en relación con el método de enseñanza que imparte el docente (problemas de lectura externos al niño). Cada docente tiene un modo de enseñanza que, de no resultar eficiente para algunos, se modifica en función de las necesidades de cada niño.

Dentro de este amplio grupo podríamos mencionar también a aquellos entornos escolares que, por alguna razón, no sean favorables para un niño determinado. 
Por otro lado, podemos hallar aquellos problemas de lectura internos. Es decir, dificultades, problemas o trastornos de lectura que afecten al niño por alguna característica interna (motora, biológica o neurológica) que impidan su correcto desarrollo del aprendizaje. Entre estos últimos se encuentran: la dislexia, disortografía, entre otros que mencionaremos más adelante. 
A continuación abordaremos los problemas de lectura más comunes en niños desde un aspecto interno y dejaremos, para otra oportunidad, aquellos problemas de lectura relacionados con la metodología y formas de enseñanza.

Problema de lectura Dislexia

La dislexia es un trastorno relacionado con la capacidad de lectura. La misma se presenta de manera carencial. Es una discapacidad que puede darse de forma evolutiva (es decir desde el nacimiento o después pero sin presentar ninguna lesión cerebral) o bien adquirida (cuando un paciente sufre algún accidente o lesión cerebral y la misma recae en alguna de las áreas que se ocupan de la interpretación del lenguaje).
De este modo, podemos afirmar que un problema de lectura puede surgir en una persona a cualquier edad. 
Es interesante destacar que una persona con dislexia no presenta retraso mental ni discapacidad intelectual. Por el contrario tienen un CI (coeficiente intelectual) normal o por encima de la media (luego de realizar evaluaciones pertinentes). 
Antes de continuar, es importante aclarar que, en el caso de la dislexia, existen diferentes vías de comprensión de la información: estas vías pueden ser la visual y la fonológica (auditiva). Dependiendo de la dificultad que el sujeto presente, la dislexia tendrá unas u otras características. En consecuencia de lo antes dicho, afirmamos que existen diferentes tipos de dislexia: Dislexia fonológicadislexia superficial y dislexia mixta
Dislexia fonológica o indirecta
En este tipo de dislexia la persona presenta dificultad para leer por la ruta fonológica, es decir auditiva. Esto quiere decir que el paciente tendrá dificultad para leer palabras largas o palabras que sean poco frecuentes en el léxico de la persona. Además, tampoco pueden leer no palabras (pseudopalabras); por ejemplo, si el docente escribe la palabra “cata”, el alumno dirá “casa”, como un modo de lexicalizar dicha lectura.
Sin embargo, estos pacientes presentan facilidad para escribir palabras familiares y palabras regulares. 
Dislexia superficial
En estos casos, la persona con dislexia presenta dañada la ruta que lee; la ruta visual, es decir que usará la ruta fonológica por lo que, no podrá reconocer palabras de manera visual. Esto dificulta al paciente a que lea palabras irregulares (palabras en otro idioma que no suenan del mismo modo que se escriben). Por ejemplo; light, yellow, Brown, etc. En estos casos el paciente leerá estas palabras del mismo modo en que se escriben y no como deben ser.
Los niños con dislexia superficial pueden presentar un mejor nivel de lectura que los niños con dislexia fonológica aunque sí tienen problemas de ortografía y muchas veces confunden palabras homófonas (palabras que suenan igual pero se escriben diferente, como la palabra “hola” y “ola”). 
Dislexia mixta
Esta dislexia se presenta como una combinación de las dos dislexias antes mencionadas por lo que el paciente tiene ambas características. Dependiendo de la gravedad de la zona afectada de una u otra dislexia será la complejidad de la dislexia mixta. No obstante, se considera como la más grave, especialmente si la persona que tiene dislexia mixta es un niño. A lo antes descrito se suman los errores semánticos. Esto es que una persona con dislexia mixta confunde conceptos dentro de una oración.  

Problema de lectura – Disortografia

Se entiende por disortografia a aquellos problemas que tiene la persona para aplicar las reglas ortográficas de manera consiente.
Dicho de otro modo, la disortografia es una consecuencia de niños y adultos con dislexia y/o con disgrafía. Por ejemplo, un niño o adulto con disortografia no reconoce cuando escribir “perro” y cuando “pero”. Dicho esto, vemos que la disortografia afecta más a las personas con disgrafía y no con dislexia (ya que la dislexia es una alteración en la lectura y la disgrafía una alteración en la escritura). Es por esta razón que la disortografia se conoce como disgrafía disléxica
No obstante, a menudo puede acontecer que una persona tenga disortografia pero que no presente ni dislexia ni disgrafía. Esto se debe a que la disortografia es un trastorno que puede ir acompañado de: 
  • Discapacidad intelectual
  • Pacientes con dificultades para percibir la relación espacio- tiempo
  • Problemas de percepción visual o auditiva
  • Problemas de deficiente articulación de los fonemas
  • Personas con depresión (falta de estímulos o motivación)
  • Dificultades de tipo pedagógico (esta pertenecería a las causas externas que mencionamos al inicio de este artículo y tienen que ver con el método de enseñanza que no se aplica a ese determinado niño o adulto con problemas de disortografía.
  • En pacientes con disortografía existe lectura bradiléxica (el niño lee con muchas pausas o de forma muy lentificada), taquiléxica (cuando el lector acelera el ritmo de la lectura) o disrítmica (lectura desordenada). 

Problema de lectura común – Disgrafía

Es fundamental aclarar que los niños o adultos con disgrafía no presentan dificultades en la lectura sino más bien en la escritura.
No obstante, un niño con dislexia puede tener también disgrafía y un niño con disgrafía puede tener dislexia. Pero debemos recordar y no confundir: un niño con disgrafía pura tendrá problemas en la escritura, no en la lectura, por lo que no abordaremos dicho problema de escritura en esta oportunidad. 

Otros problemas de lectura más comunes en niños

A menudo los padres y docentes suelen confundir un problema de lectura (específicamente falta de concentración) con un tipo de trastorno que se conoce como TDAH trastorno del déficit de atención con o sin hiperactividad. El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que precisa de tratamiento psicopedagógico y, muchas veces farmacológico. 
A diferencia de los niños con disortografía o con dislexia, los niños con TDAH tienen dificultades en diferentes áreas, mientras que los niños con dislexia, por ejemplo, solo presentan dificultad para la lectura. 
Por el contrario, los niños con TDAH son hiperactivos, tienen una intensa actividad motora y suelen estar intranquilos o nerviosos la mayor parte del tiempo. 
Otro problema de lectura es aquella que se asocia a algún trastorno del procesamiento auditivo (TPA) por lo cual el niño tendrá dificultades para oír adecuadamente el fonema y lo reproducirá con errores. 
En algunos casos se presentan problemas visuales que dificultan la correcta incorporación de la forma de las letras en el léxico y en la grafía de los niños. 
Se han detectado casos donde el niño o adulto tienen fallas en el conocimiento. Es decir, presenta lectura mnésica, esto es cuando el niño o adulto ha leído tantas veces un mismo texto que ya lo lee de manera fluida pero no comprende aquello que lee.  

Problema de lectura alfabética

Se conoce como lectura alfabética la verdadera lectura. Es decir a aquella que realiza un niño leyendo letra por letra para reconocer el sentido de una palabra. Toda lectura debe iniciarse fonológicamente. 
Anteriormente a este tipo de lectura se presenta la etapa logográfica, que es aquella en donde el niño reconoce la forma de las letras pero no comprende lo que estas dicen. Por ejemplo, se presenta en casos donde los niños saben reconocer un logo de Mc. Donalds o de Coca Cola por la forma que tienen las letras. No obstante, en esta etapa logográfica (dado que no se considera una lectura en sí misma) no existen problemas de lectura.
En la etapa alfabética el niño reconoce que a un determinado fonema le corresponde un grafema. Es decir, comienza a reconocer cómo suena la “p” a diferencia de la “b” y como suena en combinación con otras consonantes y/o vocales asociadas. Durante esta etapa el niño leerá: cccccaaaaaa – sssssaaa o mmmmmaaaaaa – nnnnooooo. 
Se pueden presentar problemas de lectura alfabética si, por ejemplo un niño ha padecido de alguna otitis o enfermedad auditiva que le impida correctamente asociar una letra con un sonido. El caso más frecuente se da en niños con la letra “rr” que la pronuncian inadecuadamente y deben acudir a un fonoaudiólogo para su corrección. 

Problema de lectura ortográfica

Dando paso a otro nivel de lectura, se encuentra la lectura ortográfica. Esta es aquella en donde el niño asocia y reconoce ya una letra con su correspondiente grafía. Sabe distinguir la letra cursiva de la letra en imprenta así como también distingue las mayúsculas de las minúsculas. 
Durante esta etapa el niño asocia sílabas: por ejemplo comienza a reconocer ma-no; pe- lo; ca- sa. Es conveniente comenzar con palabras de dos sílabas mayormente con consonantes como la “p”, la “m”, la “n” y la “t”. 
La lectura ortográfica es imprescindible para que el niño logre tener velocidad de lectura pero si existe algún problema visual, auditivo o neurológico, el niño no podrá asociar las sílabas del modo correcto. 

Problema de lectura fluida en niños

Uno de los problemas más habituales en los niños es la fluidez de la misma o, mejor dicho, la falta de fluidez. La lectura fluida es aquella lectura donde el niño acentúa y puntúa de modo correcto. Por otra parte, se mantiene una semántica adecuada y una construcción de oraciones así como también requiere el empleo de conectores y de oraciones subordinadas. 
Desde luego la lectura fluida está en íntima relación con la lectura expresiva. Es decir, aquella lectura que expresa lo que el niño ha querido decir de manera escrita o leída. 

Problema de lectura expresiva en niños

Sin embargo, es fácil observar que por diferentes razones la lectura expresiva y fluida no se halla no solo en muchos niños, sino tampoco en adolescentes y hasta en algunos adultos con estudios académicos limitados.
Las tecnologías móvil y sus redes sociales (Twitter, Facebook, Instragram, Whatsapp, etc) y la velocidad de escritura/lectura que estos mecanismos requieren, obligan a  que la lectura fluida y expresiva no se desarrolle del modo adecuado.
Desde luego si un niño tiene alguna dificultad en la audición, visión, procesamiento neurológico o dislexia (especialmente la dislexia mixta) presentará una carente lectura expresiva y fluida. No obstante, esto no quiere decir que un niño con alguna dificultad no pueda mejorar en la lectura. De hecho, para niños sin dificultades, es decir aquellos que solo carecen de práctica de la lectura y que, por esta razón, no alcanzan la lectura fluida y expresiva correcta del nivel de un adulto culto, se practican diferentes estrategias de lectura. Por ejemplo: 
  • Lecturas que sean de interés para el niño
  • Juegos de sopa de letras
  • Juegos interactivos para mejorar la comprensión de la lectura
  • Lectura de fábulas, cuentos  

¿Cómo identificar problemas de lecturas más comunes en niños?

Existen diferentes estrategias que podemos utilizar (tanto en el aula como en el hogar) para reconocer cuando un niño tienen dificultades o problemas de lectura, pero sí se recomienda que, una vez detectado el inconveniente (aunque no sepamos exactamente qué es lo que sucede al niño) acudamos a un profesional del aprendizaje para su adecuado diagnóstico. 
  1. El niño no quiere leer en público y en voz alta. Este puede ser simplemente un síntoma de baja autoestima pero que, cuando se repite muchas veces, debe llamarnos la atención.
  2. El niño hace bromas mientras lee. A menudo las bromas son parte de una dificultad para la lectura
  3. Lee mucho más lento y de forma entrecortada (no separa las palabras ni las sílabas adecuadamente). Incluso la lectura es mucho más lenta que otros niños de su misma edad.
  4. Indistintamente dónde se le ubique en el aula al niño, él no podrá leer con precisión.
  5. No lee pseudopalabras sino que las convierte en palabras. Por ejemplo, se escribe en la pizarra : “piripo” y el niño anotará en su cuaderno “piropo” o algo similar.
  6. El niño no comprende aquello que ha leído incluso si ha leído solamente una palabra él no comprende su significado. En estos casos el niño lee “mesa” pero no sabe a qué se refiere dicha palabra.
  7. Pueden ser niños callados, tímidos y recluidos que tienen baja autoestima o pueden mostrarse como niños hiperactivos y rebeldes; los dos extremos cuentan para despertar las alarmas de algún problema de lectura.
  8. Confunden letras con frecuencia: donde dice: “capa”, ellos leen “casa”; dónde dice “patón” ellos leen “ratón” o a la inversa.
  9. Son niños que, generalmente, tienen un nivel de rendimiento muy bajo en dictados. Tras un dictado (programado o sorpresivo) los niños con algún problema de escritura asociado con la lectura intentarán evadir la prueba. Por ejemplo, pueden sentirse repentinamente mal para poder retirarse del aula sin realizar el examen de dictado. Esto (claro está) no lo hacen con fines astutos sino que sienten la amenaza de dejar al descubierto su dificultad y su incomprensión sobre lo que leen o escriben.
  10. Son niños que tienen muchísimas faltas ortográficas. Escriben nombres propios y comunes con faltas severas de ortografía puesto que no pueden acudir a las reglas ortográficas, por más que el docente las haya enseñado con anterioridad.

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