¿EXISTE EL MIEDO DE VOLVER A SALIR A LA CALLE?


¿Existe el miedo de volver a salir a la calle? ¿Cómo vemos al “otro” cuando se nos acerca tras un largo período en el que hemos estado encerrados? ¿Se convierte el otro una amenaza? Específicamente, el síndrome de la cabaña es la sensación que viven algunas personas tras largos períodos de confinamiento, como al que nos ha llevado el famoso covid 19 en los últimos meses a nivel mundial.

Qué es el síndrome de la cabaña

El síndrome de la cabaña se define como el miedo, pánico y hasta terror de salir a la calle tras haber estado largos períodos encerrados.
Las personas que han vivido este síndrome, afirman que se trata de una sensación de no querer salir, como si el miedo estuviese oculto detrás de las puertas de nuestro propio hogar (en donde nos encontramos seguros y a salvo, aunque esta es una creencia y no es 100% real).
Visto desde este ángulo, es importante reconocer que no se trata de un rasgo paranoico, puesto que estamos ante un enemigo real; el virus propiamente dicho. Sin embargo, este síndrome sí acarrea posibles trastornos de ansiedad o angustia ante el encierro. Asimismo, podría despertar en algunas personas (que ya tienen rasgos paranoicos) comportamientos no saludables ni para ellos ni para sus familiares.
Pero lo que distingue el síndrome de la cabaña es que la persona, al poder salir nuevamente a la calle, no lo hace o lo hace con muchísimo temor a contagiarse de la enfermedad; como si todo lo que le rodea, es foco del virus.

¿Qué opina la comunidad científica del síndrome de la cabaña?

Es importante recordar que existen síndromes en los que no hay una evidencia de síntomas visibles, más que aquellos que son expresados y vividos por los mismos pacientes. Por tanto, y si bien existe una gran disyuntiva a nivel de debate psiquiátrico por descubrir si realmente existe o no el síndrome de la cabaña, es preciso recordar que algunas problemáticas de la salud mental pueden no tener pruebas medibles; por ejemplo el caso de las personas que sufren ataques de pánico, trastornos de ansiedad, fobias, en donde los síntomas son individuales y de allí radica la particularidad del trastorno o enfermedad.

¿Cómo reconocer si tienes el síndrome de la cabaña?

Es importante recordar que este tipo de síndrome puede sentirse en un momento determinado, especialmente en un contexto tras cincuenta días de encierro y que, tener síntomas de este síndrome no implica requerir medicación (excepto en algunos casos puntuales) u otro tipo de tratamientos, puesto que en este caso el síndrome de la cabaña es la resultante del encierro padecido a nivel mundial. Pero veamos en las próximas líneas cómo es posible reconocer si se padece este síndrome.
  • Evitas salir de tu hogar aunque tienes que realizar algunas compras indispensables
  • Observas al “otro” en la calle como una posible amenaza de contagio y evitas que se acerque, sea conocido o desconocido.
  • Al entrar en contacto con otra persona en la calle o en algún comercio, te cuesta entablar una conversación con fluidez, evitando hablar lo menos posible.
  • Sientes que realizas medidas adicionales a las que se establecen como medidas preventivas de contagio. Por ejemplo, te lavas las manos durante más de 5 minutos, utilizas en exceso alcohol en gel, entre otros.
  • Tienes miedo de que otra persona cercana tenga el virus y te contagie a ti o a algún miembro de tu familia. Por esa razón evitas incluso saludarle desde lejos.
Es importante recordar que el síndrome de la cabaña, en la mayoría de los casos, merma en sus síntomas a medida que las condiciones sociales se van normalizando poco a poco. Solo en unos pocos casos es preciso realizar una consulta psicológica o psiquiátrica y recurrir a un tratamiento posterior.

3 Consejos para vencer al síndrome de la cabaña

Hay tres concejos claves que podemos desarrollar para mitigar este síndrome:
  • Realizar salidas graduales. Lo primero es empezar a salir poco a poco, lo que tu cuerpo necesite y respetando las franjas horarias delimitadas en cada fase.
  • Controlar las emociones. Un paso fundamental que ya hemos referido ene ste portal para otras muchas situaciones. Aceptar lo que nos ocurre es el primer paso para vencerlo, una vez que somos conscientes del problema, controlar nuestras emociones y hacer frente a ellas. Podéis practicar con la técnica del semáforo para controlar las emociones.
  • Evitar la frustración. Salir poco a poco para evitar retroceder lo andado evitando que la frustración nos lleve al principio. 

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