EL TERROR NOCTURNO EN NIÑAS Y NIÑOS



Seguramente como padres en más de una oportunidad hayamos tenido que acercarnos hasta la habitación de nuestro hijo tras una pesadilla. Sin embargo el terror nocturno es algo diferente que es importante diferencias de una pesadilla.

Pesadilla vs terror nocturno

Luego de una pesadilla, un niño suelen necesitar la contención y el afecto de sus padres pero con frecuencia se quedan dormidos en nuestro regazo o cerca nuestro tras explicarles que “sólo se ha tratado de una pesadilla”.
Sin embargo el terror nocturno es algo diferente que es importante reconocer para poder actuar en consecuencia.
El terror nocturno se caracteriza por parecerse a una pesadilla pero con el agregado que es mucho más espectacular. Con frecuencia los niños se despiertan gritando y llorando, alterando y preocupando de este modo a los adultos presentes.
De todas formas los terrores nocturnos, aunque espectaculares, no deberían preocupar a los padres al punto de acudir con un médico. Por el contrario es importante reconocer esta problemática y reaccionar de la manera adecuada.
Una de las diferencias principales entre el terror nocturno y una pesadilla es que, por la mañana el niño recuerda la pesadilla, mientras que luego de un episodio de terror nocturno el niño no tiene registro alguno de lo ocurrido.

¿Qué es el terror nocturno?

Cuando dormimos, el sujeto atraviesa diferentes fases dentro del sueño. La mayoría de los sueños (y las pesadillas) se presentan mientras el organismo transita por una fase llamada Rem. Por el contrario el terror nocturno no ocurre durante esta etapa, más bien sucede en el paso de una fase del sueño a otra.
El terror nocturno se asocia más a una reacción de miedo súbita.
A menudo este terror aparece a las 2 o 3 horas desde que el niño se durmió. Este es el momento preciso en el que su cerebro pasa de una fase profunda del sueño a otra menos profunda.
Síntomas frecuentes
Este proceso con frecuencia es pausado y como padres no nos alertamos de ello puesto que el niño lo controla a la perfección. Pero en otras ocasiones él puede sentarse en la cama, gritar, su corazón se acelera, puede tener comportamientos alterados y acelerados, sudar, etc.
Causas de los terrores nocturnos
Los terrores nocturnos se producen por una hiperactividad del sistema nervioso central. Afecta sólo a un 6% de los niños.
La edad estadística en donde se han registrado episodios de terror nocturno es entre los 4 y los 12 años. No obstante se han hallado casos en niños de 12 meses.
Frecuentemente se presentan en niños con las siguientes características:
  • Fatiga o cansancio extremo.
  • Niños que han incorporado (por prescripción médica) algún tipo de medicamento nuevo.
  • Niños que se encontraban lejos de su casa o en sitio nuevo al momento de presentar el episodio de terror nocturno.
Con frecuencia los síntomas de este problema desaparecen sin intervención médica a medida que el sistema nervioso va madurando.

¿Cómo actuamos frente al terror nocturno?

De todos modos existen algunas recomendaciones que como padres podemos seguir para evitar complicaciones futuras:
  1. Durante un episodio de terror nocturno no despiertes a tu hijo
  2. Intenta reducir el estrés por el que está atravesand0
  3. Genera una rutina para él antes de dormir. Léele algún cuento o algo divertido que lo relajes
  4. Establece horarios coherentes para que duerma y se levante, es decir, evita que trasnoche demasiado o que se levante muy tarde.

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