PÓNGASE A SU ALTURA PARA HABLAR CON UN NIÑO

Cuando hablamos con los niños no solemos prestar atención a nuestra postura, en muchas ocasiones hablamos con ellos desde nuestra posición, sin ponernos a su altura.

Imaginemos que tenemos que hablar con alguien que está situado por encima de nosotros y que para hacerlo tenemos que mirar hacia arriba.

Seguramente nos sentiríamos incomodos, tal vez tensos, y muy probablemente poco escuchados y apenas tenidos en cuenta.

Cuando hablamos desde arriba con un niño, el niño pasa por esas sensaciones mencionadas. Es muy importante ponernos a la altura de los niños para hablar con ellos.

Por qué es importante ponernos a la altura de los niños para hablar con ellos

Cuando hablamos con otras personas nuestro objetivo es comunicarnos, es decir se trata de que haya un intercambio de información, se trata de que los demás se sientan escuchados y comprendidos.

Es muy importante hacer una escucha activa, que consiste en hacer ver al otro que le estamos escuchando, en hacerle ver que le tenemos en cuenta.

Con los niños resulta fundamental, ya que a través de la escucha activa se sienten realmente acompañados. Quizás sea mucho más importante que escucharles, el hacerles conscientes de que les estamos escuchando.

Para hacer una escucha activa con los niños lo primero que tenemos que hacer es ponernos a su altura. Son muchas las ventajas de hablar con ellos a su altura, veamos algunas de ellas:

• Cuando nos ponemos a su altura para hablar con ellos, conseguimos establecer contacto visual. Nosotros podemos mirarles a los ojos y ellos a nosotros. La mirada es una parte fundamental de la comunicación que no debemos dejar de lado, ya que nos hace posible hacer una verdadera conexión.

• Estar a su altura nos permite empatizar más con ellos. No solo se trata de la actitud del niño, sino de la nuestra. Cuando nos ponemos a su altura, de manera inconsciente logramos empatizar y acercarnos más a ellos.

• Cuando nos ponemos a su altura para hablar con ellos, los niños perciben cercanía y se pueden sentir cómodos y seguros. La confianza y la comodidad son cruciales para la comunicación con los niños.

• Cuando nos ponemos a su altura para hablar con ellos, favorecemos el proceso de comunicación, ya que eliminamos obstáculos que pueden interferir en el proceso. Por ejemplo: el sonido llega mejor, los gestos, no hay interferencias.

• Al ponernos a su altura favorecemos los gestos de cariño, como los abrazos, o el contacto corporal, como una caricia, una palmada, etc. Si estamos a una mayor altura será más complicado los gestos de cariño.

• Cuando nos ponemos a la altura de un niño para hablar con ellos estamos tomándolos en consideración, de igual a igual y el niño se percibirá así. Es decir, cuando estamos en altura parece que les miramos desde arriba y que el niño es inferior a nosotros, al ponernos a su altura eliminamos esas barreras.

• Ponernos a su altura para hablar con los niños favorece que entiendan lo que queremos decirles.