EL TRASTORNO DE LA ATENCIÓN DISPERSA (TDA)




El déficit de atención dispersa (TDA) es un trastorno cuyas causas no se encuentran del todo establecidas  ni son precisas pero se considera que estas pueden ser de origen genético y ambiental.
Características
Las características de dicho trastorno son:
  • Alteración del sistema nervioso central
  • Aumento de la actividad
  • Impulsividad
  • Falta de concentración o atención
Cuando dichas características se asocian con hiperactividad a las siglas “TDA” se le añade la letra “H” formando las siglas “TDAH”.
Muchas veces se cree que dicho trastorno sólo afecta a los niños, pero se ha demostrado que entre un 60 % y un 70% de los niños que han poseído dicho trastorno de atención dispersa, continúan teniendo estos síntomas en la vida adulta.
En cuanto a las características distintivas de todo adulto (y niño) con TDAH, se destacan:
  • Trastornos de estado de ánimo
  • Ataques de pánico, fobias
  • Falta de control de los impulsos nerviosos
  • Desordenes de personalidad
Es importante la detección temprana de este trastorno o síndrome ya que se considera que es una de las principales causas de fracaso escolar.
Dentro del ámbito escolar es importante tener en cuenta 3 factores que nos ayudarán a detectar y solicitar una posterior observación clínica:
  • Hiperactividad. No permanece quieto cuando debería hacerlo. Insulta.
  • Impulsividad. Corre o salta en momentos no permitidos. Olvida o pierde objetos.
  • Falta de atención. Es distraído, comete errores y no se encuentra atento a los detalles. Evita las actividades en las que se precisa un esfuerzo continuo.

También es importante considerar que, dado que este es un trastorno genético, los hermanos pueden compartir algunas de estas características o todas.
A menudo suele confundirse otros tipos de trastornos con la atención dispersa. Veamos en qué casos no estamos frente a un niño con TDA o TDAH.
  • Cuando existe retraso mental
  • Aparición de un trastorno específico del aprendizaje
  • Cuando surge algún problema en el cromosoma X (fragilidad X)
  • Ciertos casos de intoxicación por plomo
  • Consumo de alcohol por parte de la madre durante el embarazo
  • Efectos producidos por determinados fármacos
  • Algún tipo de trastorno psiquiátrico o psicológico
  • Niño inquieto (hasta 5 años) pero que no carece de atención

¿Cómo ayudar a un niño con trastorno de la atención dispersa (TDAH)?


  1. Es necesario establecer mucha disciplina. Con esto no nos referimos a tener una actitud de frialdad o distancia, sino más bien a establecer rutinas y conductas que el niño comprenda que es necesario seguir y respetar.
  1. Establecer reglas. Es necesario que el niño comprenda que existen reglas que debe respetar tanto dentro como fuera del hogar. Sería útil establecer horarios de almuerzo, cena, tareas específicas que cada uno de los integrantes de la familia deben cumplir. Esto es de mucha utilidad para ordenar las ideas. También es de ayuda intentar volcarlas en una hoja de papel y que las mismas se encuentren al alcance de todos los integrantes del hogar.
  1. Busca algún tipo de actividad que realmente le interese al niño. Por ejemplo, algún deporte.
  1. No lo dejes librado al azar. Es importante que todo niño con TDAH se encuentre siempre bajo la tutela de un adulto responsable.
  1. Consulta con un profesional. Nunca está de más que realices una consulta para que te guíe sobre cómo debes actuar tanto en el aula como en el hogar.
  1. No lo compares con otros niños. Debes recordar que lo que padece un niño con TDAH radica en una dificultad real y de origen genético/ambiental. Por tanto no es correcto la comparación.
  1. Establece un entorno adecuado de estudio para el niño. Es importante que él se sienta a gusto, sin presencia de ruidos o colores estridentes, con mucha luz natural y con un agradable aroma.

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