MEJORAR LA RELACIÓN CON LOS HIJOS MEJORA SU AUTOESTIMA
La figura del padre dentro de la familia tiene un papel lo mismo importante, como complejo. Hace poco escuché una encuesta que decía que uno de los principales motivos de conflicto de los adultos no era la crisis, ni la falta de trabajo, tampoco las guerras, era la relación con su propio padre.
Y es que padre y madre, sobre todo para el niño, cumplen funciones diferentes..diferentes y complementarias. La madre es quien suele estar presente en la vida cotidiana, quien alimenta y está al pendiente de las necesidades de los miembros de la familia. Por ejemplo: es muy común ver en las reuniones del colegio o en fiestas infantiles, que la mayoría son madres.
Las madres, por lo general no tienen reparos en demostrar su cariño a los hijos y hablar abiertamente acerca de las emociones, por todo esto, los niños sienten mayor cercanía hacia la madre.
En cambio, el padre suele pasar menos horas en el hogar y no es frecuente encontrar familias donde el padre trabaja muchas horas fuera y suele vincularse menos con sus hijos, sobre todo a nivel emocional. En los ratos familiares dejan más tiempo viendo la televisión o jugando con aparatos electrónicos a los niños, pues no saben muy bien cómo relacionarse con ellos y suelen colaborar menos en las labores domésticas, aun cuando ambos miembros trabajen fuera de casa.
Desde luego, que hay padres muy implicados y cercanos, pero sabemos que hablar de roles familiares es complejo, pues en todo hay excepciones.
Cuando yo era niña, mi padre solía trabajar muchas horas y llegaba tarde a casa, muchas veces cuando ya estábamos en la cama. A pesar de no verle durante el día, tan sólo saber de su presencia me tranquilizaba, me hacía sentir protegida.
El papel del padre se relaciona más con dar seguridad, protección y estabilidad, dentro del núcleo familiar, cumple un papel fundamental en la psique y en la formación de la identidad tanto del niño como de la niña.
Sin embargo, muchos hombres no saben cómo relacionarse emocionalmente con sus hijos, lo que genera que el niño pueda sentirse poco querido o entendido por él.
Cuando el padre se encierra en sus propios sentimientos, los guarda o sólo es capaz de demostrar la ira, se puede prestar a malas interpretaciones y se abre un abismo entre padre e hijos, que con los años puede derivar en una mala relación con el padre.
Los estudios nos hablan que los niños que han tenido padres cercanos, cariñosos, pero al mismo tiempo han sido figuras de autoridad, son más propensos a desarrollar una buena autoestima y tienen un buen concepto de sí mismos.
Por el contrario, padres que han estado ausentes, ya sea física o también emocionalmente, son niños que tienden a tener problemas con la autoestima.
Las chicas que no han crecido con la figura del padre o ésta está muy deteriorada, son más propensas a no valorarse a sí mismas, a ser más promiscuas durante la adolescencia buscando una figura masculina que les procure amor y suelen tener relaciones afectivas menos estables.
Los chicos que no han tenido una figura paterna, suelen tener mayor problema con las figuras de autoridad, tienen menos control de impulsos y suelen tener conductas más agresivas.
El reto para los padres de este tiempo es el de escuchar, abrazar y buscar cercanía con sus hijos. También el de involucrarse cada vez más en las tareas domésticas y en la crianza de los niños.
Todo cambio de conducta empieza por un cambio de mentalidad y llevarlo a cabo no significa hacerse “menos hombres” sino desarrollar de pleno su paternidad, mejorar la relación con sus hijos, mejorar su autoestima en un futuro y crecer como seres humanos.