Los niños y la tecnología

Si algo está claro es que la tecnología ha llegado para quedarse, y que cada vez inundará más nuestras vidas y todo lo que hacemos. Ante eso, muchos padres se preguntan: ¿Qué es mejor, permitirles a mis hijos el acceso a la tecnología desde pequeños o prohibirlo hasta cierta edad?

Hay mucha controversia al respecto. Algunos expertos están investigando los efectos que provoca en la infancia el uso y el abuso de las tecnologías y se dan cuenta que puede causar algunos problemas: posible retraso en el desarrollo motriz, dificultades para conciliar el sueño, problemas de atención e impulsividad… Incluso algunos recomiendan prohibir totalmente la tecnología hasta los 3 años, y limitarla a una hora diaria hasta los 12. Otros expertos, más favorables a la tecnología, apuestan por una educación que incluya la tecnología ya que aporta muchos beneficios: posibilidad de personalizar el aprendizaje, potenciar algunas habilidades que el niño necesite trabajar, aumentar la motivación y prepararles para un futuro digital.

Hay opiniones para todo, pero como siempre, cuando se trata de educar hay que apostar por elsentido común y seguir lo que te dice tu propio instinto. ¿No nos ven nuestros hijos consultando el smartphone gran parte del día?, ¿no nos ven trabajando en el ordenador?, ¿no nos ven disfrutando de vídeos y juegos de vez en cuando, programando una lista de música para una fiesta o incluso haciendo algunas compras online?

Aunque es cierto que un abuso de la tecnología en la infancia es perjudicial para el desarrollo, el hecho de prohibirla o limitarla en exceso podría serlo también. La tecnología forma parte de nuestras vidas, no podemos ocultarla o evitar que los niños se interesen por ella, y menos si nos ven a los adultos utilizarla felizmente en nuestra vida cotidiana.

Mi recomendación como psicóloga infantil y experta en nuevas tecnologías es que acompañemos a nuestros peques en el descubrimiento y uso de la tecnología, igual que les acompañamos en el descubrimiento de la naturaleza, las relaciones sociales o la autonomía personal. Acompañarles significa estar a su lado revisando el contenido que consumen, limitando el uso para que no se convierta en abuso, eligiendo los juegos o vídeos más adecuados para ellos y dando explicacionespara que, a medida que crezcan, sean capaces de usar la tecnología con seguridad y autocontrol.

No es una tarea fácil, requiere tiempo y dedicación por nuestra parte. Pero ahí está la diferencia entre aquellos niños que crecerán absortos en el mundo digital, incluso adictos por no haber aprendido a filtrar y controlar; y los niños que habrán crecido en un equilibrio sano entre vida social, ejercicio y dominio de la tecnología.

Si procuras ese equilibrio en tus hijos no tienes porqué preocuparte. Pero si ves que en algún momento la tecnología os está dando más problemas que soluciones, entonces deberás revisar ese equilibrio y ayudar a tu hijo a disfrutar de la vida como tu lo hiciste en tu infancia: en el parque, riendo a carcajadas mientras corre y se ensucia con otros niños.