Todos contra el bullying. Un caso real


Prácticamente cualquier persona, cualquier padre rechaza el uso de la violencia y el acoso dentro de las aulas, sin embargo ¿Qué pasa cuando a quien señalan de acosador se trata de tu propio hijo? Incluso sabiendo que es un buen estudiante y sin problemas de violencia en casa ¿Seguirías pensado de la misma manera? ¿Intentarías evitar que tu hijo pague las consecuencias de lo que ha hecho?
Bruno es un chico de 15 años, vive con su familia en un pequeño pueblo donde sólo hay un instituto y la mayoría de los habitantes se conoce. Siempre ha sido un excelente estudiante, no porque dedique muchas horas a estudiar, en realidad es porque presta atención en clase y mantiene los deberes al día. Lo que mejor se le dan son las matemáticas y el dibujo. Quiere estudiar arquitectura, es su sueño desde que de pequeño montaba figuras con lego y dibujaba todo lo que se le ponía delante.
Sus padres lo describen como un chico tranquilo y responsable; pero Bruno últimamente ha tenido problemas en el Instituto y no precisamente por las notas. Han mandado llamar a sus padres ya un par de veces por un tema que a ellos mismos les sorprende: el acoso a otro compañero, se trata de Daniel, un chico con una discapacidad, es autista.
No lo hace solo, sus otros tres amigos están metidos en el mismo lío. Son amigos desde hace ya varios años y suelen pasar mucho tiempo juntos. Para ellos se trata de sólo un juego: le ponen motes, le hacen bromas dentro de clase para provocar la burla de los compañeros, le han sacado fotos donde pone caras raras y las han publicado en redes sociales…
Para ellos es algo divertido y refieren que no lo hacen con la intención de humillarlo. En palabras de Bruno: “Es que nosotros nos llevamos así, nos gastamos bromas, nos ponemos motes….y Daniel es quien nos busca y el que quiere llevarse con nosotros
Pero parece que ni a Daniel, ni a sus padres les parece divertido, pues ya han sido varias las quejas de los padres hacia el Instituto. Los padres tristes y desesperados refieren que el chico llega algunos días llorando a casa, que ya no quiere ir a clases, que no le gusta que se burlen de él..y siempre salen los mismos nombres.
Los profesores intentan proteger a Daniel, dándole un trato especial y saliendo siempre que pueden en su defensa.  El Instituto se ha tomado en serio el tema y ha mandado llamar a los padres para explicarles la situación.
Los padres de Bruno y de los otros tres chicos ya han hablado con sus hijos, reprendiendo su conducta e intentando que la cambien.
Pero al pasar unos días, la situación se vuelve a repetir. Uno empieza y los demás le siguen. Bruno no es osado, quizás no le guste hacerlo, pero se ríe junto con ellos y eso es también participar.
Un día llegó una patrulla de policía al Instituto, para sorpresa de los chicos, para hablar con ellos. La policía les explicó que el Centro educativo les ha puesto al tanto de lo que sucede, que lo que hacen, el bullying, no se trata de un juego sino de un delito y que en el momento que los padres de Daniel interpongan una denuncia, ellos serán llamados a declarar, quedarán en manos de un juez y por supuesto, quedarán fichados.
El Instituto por su parte, ya les ha advertido que no pasarán por alto ninguna más y que la siguiente, serán expulsados de manera definitiva…echando abajo todos los sueños de Bruno.
Os he contado una historia real, de cuantos agentes implicados salpica el tema del acoso obullying y de cuanto pone en juego para todos: el futuro, la reputación, los antecedentes penales, la familia, etc..
Pero yo voy más allá…..a la reacción de los padres.
Se reunieron los padres de los chicos. Además de avergonzados, se encontraban indignados y dispuestos a intentar defender el honor y el futuro de sus hijos. Querían hablar con el director para quejarse que a sus hijos los estaban tratando como a unos maleantes, mientras que Daniel era un chico sobreprotegido por los profesores y se encontraba en ventaja respecto a sus hijos. Los padres querían exigir que trasladasen a Daniel a un centro especializado en autismo, donde pudiera relacionarse adecuadamente con otros compañeros y dejara de dar problemas en un centro educativo para chicos normales.
Todos estuvieron de acuerdo, excepto los padres de Bruno…….tras mucha reflexión, decidieron que estaban de acuerdo con las medidas tomadas por el Instituto:
  • Los chicos ya habían sido advertidos varias veces por los profesores y siguieron
  • Sus padres ya habían hablado con ellos, pero no hicieron caso
  • Sus hijos tienen todas sus facultades y por muy arropado que se encuentre Daniel por los profesores, en realidad, ellos son los que juegan con ventaja
Los padres de Bruno decidieron que tras varias advertencias, él es quien tiene que asumir las consecuencias de sus actos y que en este caso, no pueden interceder por él.
¿Hasta dónde están dispuestos algunos padres en cubrir los errores de sus hijos? ¿En verdad interceder a favor de ellos les hará aprender de sus errores?
No sabemos qué pasará finalmente con Bruno, es un alumno brillante pero ¿tendrá la inteligencia emocional para poder ponerse en el lugar de otros? ¿o será que ahora las leyes son demasiado duras? Sería una pena que un chico así torciera su futuro por sólo unos momentos de diversión, que seguro con la edad y el trascurrir de los años le harán darse cuenta de su error.

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