Cuando los padres sentimos rencor hacía nuestros hijos


Somos humanos. No siempre sentimos precisamente ternura por nuestros hijos. Hay momentos en los que los padres sienten rencor. Incluso odio. O culpabilidad. Los problemas con ellos interfieren entre sus sentimientos más nobles, despertando aquellos que nunca creyeron que llegarían a sentir.
Resérvalo para estos momentos de decepción, tristeza, vulnerabilidad… para cuando te sientas superado por tus emociones negativas. Entonces, aíslate y vuelve al pasado.
Ese bebé es ahora un niño o un adolescente que está creciendo y evolucionando.  Y que a veces toma malas decisiones. Mira más allá de su comportamiento y entiende que todavía está en formación. Date un respiro, vuelve al pasado y mira las cosas con perspectiva.

Retomar el control es a veces difícil. Se acumulan muchos acontecimientos, muchas circunstancias y tenemos un umbral emocional.  Sentir esto es legítimo. Pero debemos tener cuidado de no actuar bajo estos efectos.  Cada padre y madre debe desarrollar sus estrategias para retomar ese control emocional. Una de estas estrategias puede ser la de elaborar un álbum con las fotos más significativas que tengas de su infancia.
Recurre a tus recuerdos. Recuerda la maravillosa sensación de tenerlo en tus brazos cuando acababa de nacer. Cuando llegabas del trabajo y saltaba corriendo a tus brazos. Cuando se agarraba a tu mano y no quería soltarla. Cuando una pesadilla le asustaba y se acurrucaba en tu cama, muy pegado a ti.

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