¿Sabías que es perjudicial sentar al bebé antes de que pueda hacerlo por sí mismo?


Parece ser habitual sentar a los bebés antes de que puedan hacerlo por sí mismos, incluso querer enseñarles a hacerlo. Pero la verdad es que los niños no necesitan que nadie ni nada les enseñe a sentarse o a andar. Ellos solos, si disponen de libertad de movimientos en el suelo serán capaces de hacerlo. Es cierto que en el mercado existen productos para sentar a los bebés que no deben ser utilizados si se tiene en cuenta el desarrollo normal del niño ya que en vez de favorecerlo, lo dificulta y además le resta experiencias más enriquecedoras. Las hamacas, los asientos para sentar a los bebés, los cojines de lactancia para apoyarlos, los asientos de baño… están desaconsejados si el bebé no sabe sentarse por sí mismo (aunque si ya sabe sentarse, no los va a necesitar), así como sentarlos apoyados entre cojines, con sus manos u otras prácticas que “sostengan” al bebé.
Si el bebé no sabe sentarse por sí mismo, significa que su cuerpo (su espalda, su pelvis…) todavía no está preparado para ello, por lo tanto, no se debe colocar al niño en posturas que no sabe hacer por sí mismo.
¿Por qué no debe hacerse?
-Empezaremos por La espalda del bebé. Si lo sentamos, podemos provocar sobrecargas en su espalda y líneas de fuerza distorsionadas, que pueden contribuir a la aparición de escoliosis o hiperlordosis lumbar.
Dificultades respiratorias: cuando a un bebé se le sienta prematuramente, su espalda está arqueada y por lo tanto su capacidad respiratoria varía.
Dependencia: el niño se convierte en un observador pasivo ya que poca cosa puede hacer en esa postura aparte de observar. En vez de ser el protagonista de su historia, se limita a que alguien le ofrezca un juguete, si se le cae un poco lejos, no puede recuperarlo, si quiere otro objeto, no puede cogerlo… siendo mucho más dependiente del adulto y generando lloros innecesarios, cuando podría ser el propio bebé el que explorara su entorno y aprendiera de los movimientos de su cuerpo.
No saben ni pueden cambiar de postura: los bebés cambian continuamente de postura ¿Qué pasa con un niño que se le sienta? Pues que en cuanto se cansa de esta postura, no puede volver a otra en la que le resulte más cómoda por sí mismo, teniendo que recurrir al adulto continuamente. Si nos fijamos en para qué se sienta un niño que es capaz de moverse reptando o gateando, nos daremos cuenta de que sólo recurren a esta postura para explorar los objetos que han alcanzado y en cuanto ya lo han explorado, vuelven a buscar objetos, abandonando la postura.
Visión y audición: al sentar a un bebé, integra el plano vertical antes en  el horizontal lo que puede generar problemas en la visión y en el desarrollo progresivo de la función duocular y duoaural (dos ojos y dos oídos que se activan como uno solo) Además no puede desarrollar correctamente la binocularidad y capacidad de enfoque.
Las manos: si el bebé tiene que apoyarse en estas para sujetarse, o estar pendiente de no perder el equilibrio, el desarrollo del movimiento de sus manos y su coordinación se limita, así como la capacidad para coger objetos, soltarlos… Además de que no pueden coger lo que quieren sino lo que el adulto le da.
Las piernas: toman un papel pasivo muy diferente al de un niño que está boca abajo en el suelo volteando, chupándose los pies, cogiéndoselos, reptando o gateando.
La inteligencia: en esta edad la inteligencia del bebé se desarrolla de forma sensoriomotora, es decir, aprende a través de sus sentidos y del movimiento. Si le impedimos moverse al colocarlo sentado ¿Cómo va a desarrollar su inteligencia?
El gateo: un niño que se le ha sentado prematuramente va a tener más dificultades para gatear o  no lo conseguirá, ya que le faltan todos los movimientos y experiencias previas de suelo que no ha podido disfrutar al haberlo colocado en una postura para la que no estaba preparado. Además, el gateo parte de la postura de boca abajo, pero si en niño no sabe salir de la postura de sentado hacia la de boca abajo… ¿Cómo va a gatear?
“Culeo”, “conejeo”, “el gateo con una rodilla y un pie”: poco a poco, el niño a pesar de estar en una postura pasiva,  va a tener la necesidad de desplazarse, pero es probable que no gatee, sino que se desplace arrastrando el culo, con una pierna hacia adelante y otra hacia atrás… que no son beneficiosas para la espalda ni para la cadera de los bebés
¿Cuándo aprenden los bebés a sentarse solos?
Pues depende mucho de las experiencias que tenga con el suelo, si es un niño que se pasa la mayor parte del día atado en una hamaca, en una sillita… le costará aprender a sentarse sólo porque no tiene la oportunidad de conocer su cuerpo y de ensayar con él.

Un niño en libertad de movimiento, el cual pasa gran parte del día en el suelo y que no es colocado en posturas que no sabe hacer por sí mismo, aprende a sentarse a la par o después de aprender a GATEAR y lo hace desde la posición de boca abajo o apoyado con su costado, de lateral, nunca haciendo fuerza con los abdominales ( eso lo hacemos los adultos) así que no debemos interpretar cuando un bebé va paseando en el capazo o está tumbado boca arriba en el suelo  y hace fuerza con el abdominal como una señal de que “se quiere sentar” porque está lejos todavía de sentarse. El niño suele aprender a sentarse solo sobre los 9 meses.
De hecho, para que un niño aprenda a sentarse ha tenido que trabajar previamente su cuerpo pasando por todas las etapas anteriores a sentarse: voltear de boca arriba a boca abajo, estar boca abajo, reptar… y después de muchos ensayos y combinaciones, el niño REALMENTE estará preparado para poderse sentar.
Respetemos sus ritmos y no les impidamos el movimiento. No hagas que se salte etapas, Antes no es mejor.

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