La primera menstruación: cómo hablar del tema con mi hija
Lo que podría limitarse a un proceso físico y normal en la vida de una mujer, se convierte en la oportunidad ideal para hablar con nuestras hijas sobre todo lo que significa ser mujer, tener nuestra primera menstruación y la responsabilidad que se debe asumir al despertar a la vida sexual.
La primera menstruación es la evidencia física de que nuestro cuerpo está cambiando, pero en algunas ocasiones ese cambio físico no va al ritmo de nuestro crecimiento mental, eso significa que de la noche a la mañana la niña de convierte “en mujer”, pero en el interior sigue manteniendo la inocencia que caracteriza a la infancia.
Por esta razón, la llegada de la primera menstruación es un tema vergonzoso y atemorizante para muchas jóvenes. Es allí cuando la madre con su experiencia, madurez y, en especial con su incondicional amor y dulzura, debe dar el primer paso para propiciar el diálogo con su hija.
Si una madre no aprovecha esta circunstancia para hacerlo, dejará pasar una oportunidad maravillosa para afianzar los lazos y para dialogar, más adelante, de temas tan delicados como lo es el despertar a la vida sexual.
¿La primera menstruación: fin de la niñez?
Por lo general, la primera menstruación se presenta entre los once y trece años. Es ideal que una madre no espere hasta ese momento para hablar del tema con su hija. Lo mejor es que desde antes, las dos conversen como mujeres y amigas de los cambios que están por llegar a su vida.
Preparar a tu hija sobre cómo se va a transformar su cuerpo ayudará, no sólo a tener una mejor actitud frente a la primera menstruación, sino que abrirá una puerta de confianza y conocimiento que tanto tú como ella agradecerán durante toda la vida.
Lo primero es que tu hija comprenda que el ciclo menstrual es tan sólo el inicio de una serie de cambios que su cuerpo y su mente empezarán a experimentar como consecuencia de las hormonas que mes a mes van a preparar su útero para el embarazo.
Es fundamental quitarle al periodo menstrual ese velo de sufrimiento y dolor que opaca un proceso natural que, aunque puede ser incómodo, no significa que se trate de una tragedia, algo vergonzoso o, como muchos creen, una enfermedad.
Además de la hemorragia, se hace presente el dolor que se traduce en modificaciones en su rutina diaria: la niña acostumbrada a correr libremente y pasar las tardes jugando y haciendo deporte, se verá obligada a quedarse en casa mientras el dolor, y las demás manifestaciones que acompañan este proceso, pasan.
Acabar los mitos con la primera menstruación
Antes de hablar con tu hija es importante que tú misma estés preparada para hacerlo. Durante años se han alimentado mitos alrededor del ciclo menstrual que todavía hoy están arraigados en algunas familias. Por eso, si tú le das validez a estas supersticiones, es necesario que despejes todas tus dudas y seas consciente de que estos mitos no tienen sustento médico ni científico.
Es misión tuya derribar estas falsas creencias y ayudar a que tu hija asuma con responsabilidad, madurez y tranquilidad la llegada de una nueva etapa cargada de cambios y emociones desconocidas.